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martes, enero 24, 2006

El primer alimento



Por Tito Rodríguez, director Instituto Argentino de Buceo.

Al momento de nacer, las crías de pulpo, miden solamente 3 mm, sus brazos tienen únicamente tres ventosa. Con ayuda de un microscopio y gracias a su transparencia se puede observar el movimiento conjunto de sus tres corazones bombeando sangre a su cuerpo gelatinoso.
La madre ha cuidado afanosamente de la puesta. Encerrada en una pequeña cueva de cuyo techo pendían los racimos de huevos, ha dedicado los últimos tres meses de su vida a limpiarlos y mantenerlos aireados. La hembra jamás abandonó la puesta, ni siquiera para ir en busca de alimento. Muere por agotamiento al producirse la eclosión de los huevos. Pese a sus esfuerzos, solamente eclosionará un diez por ciento de los 100.000 huevos que conformaban la puesta. Al momento de la eclosión una nube de 10.000 diminutos pulpitos transparentes rodean el cuerpo de la hembra.
Los científicos coinciden en que los primeros alimentos de estas crías son, generalmente larvas de peces. Pero, ¿es casual que la madre muera al momento exacto de producirse la eclosión? ¿ni un minuto antes, ni un minuto después? Su vida agotada por el esfuerzo y la falta de alimento encontró el final justamente en ese exacto momento ¿sólo porque sí?. ¿Su cuerpo rico en proteínas será abandonado a los depredadores mientras que una nube de crías busca alimento desesperadamente?.
Puede que la piel de la madre sea demasiado dura para los pequeños pulpos o tal vez la madre pudo prever estos acontecimientos. Los pulpos poseen unas glándulas salivares que producen una enzima capaz de difundir un veneno que utilizan para alimentarse de cangrejos. Este veneno, una vez inoculado participa en la pre digestión del cuerpo del cangrejo, dicho de otra manera: convierte la carne del cangrejo en una pasta blanda.
Entonces ¿Pudo la hembra auto inyectarse ese veneno? Si lo hubiera hecho, su cuerpo se hubiera predigerido y de esa manera las crías hubieran podido aprovechar una fuente de proteínas cercana y sin ningún esfuerzo. ¿no explicaría eso la puntualidad de la llegada de la muerte coincidente con el momento de la eclosión?. La pregunta en cuestión es si la hembra de pulpo pudo auto eliminarse al momento del nacimiento de las crías sólo para servirles de alimento. Acaso, ¿no se estaba auto eliminado al no alimentarse hasta morir de agotamiento?.
Tal vez por producirse en el interior de una pequeña cueva este punto no se haya podido observar con la suficiente minuciosidad, tal vez, ante la presencia del observador los pequeños pulpos asustados se den a la fuga. Pero, ¿no sería lógico que el cuerpo yaciente de la madre fuera aprovechado como el primer alimento de las crías? Me cuesta creer que la naturaleza haga tal desperdicio de proteínas habiendo tanta cría necesitada tan cerca.
Tal vez estas líneas no sean más que ciencia ficción, tal vez sean sólo conjeturas tiradas al azar, tal vez la hembra de pulpo nunca tuvo la capacidad intelectual suficiente como para darse cuenta de este acontecimiento. Tal vez no lo sepamos, tal vez no lo investigamos lo suficiente. Tal vez... Acaso la búsqueda de respuestas... ¿no comienza siempre con un tal vez?