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martes, enero 24, 2006

Tecnología: SAN CELULAR


URUGUAY, por Carol Guilleminot.
Al margen de su valor de uso y utilidad para el trabajo y comodidades que aporta a la vida cotidiana, existe un importante componente psicológico y simbólico que rodea al celular.
Los nuevos aparatitos son verdaderos juguetes tecnológicos que en tamaño cada vez más reducido condensa una cantidad impresionante de funciones ajenas a la simple función de comunicación de un teléfono: servir para hablar.
El asunto es que pareciera que hoy el celular se ha vuelto un ícono de la modernidad y el status, llegando al extremo de que aquí en Paysandú, una ciudad de 100.000 habitantes ubicada en el litoral Oeste del país, hay gente que pide dinero prestado para comprarse uno.
Todo comenzó con el surgimiento de los teléfonos con tecnología GSM (un chip inteligente que permite recibir y enviar mensajes de texto y conserva información del usuario) y hoy nuestra ciudad -al igual que la mayoría del país-- está siendo invadida por locales de venta de celulares que ofrecen promociones de todo tipo.
Y es que el aparatejo irresitible pega fuerte y duro en una sociedad que independientemente de sus inequidades sociales y culturales, ha canonizado la gratificación inmediata. La proliferación de cybercafés, la posibilidad de hablar en tiempo real de una punta a otra del planeta con nuestros amigos y familiares emigrados, el chat y el correo electrónico -la revolución de la masificación de Internet, en definitiva- abonó el camino para la entrada de la nueva generación de celulares que incluyen el uso de textos, juegos, cámara fotográfica, conexión a Internet y otras funciones que acentúan las acciones de hiperconectividad en un mundo que, cada vez más, privilegia los intercambios virtuales.
Vista desde esta perspectiva resulta lógica la fascinación popular respecto a los nuevos celulares. Es más, un análisis superficial de la publicidad que los promueven para percatarse de los valores subyacentes que lo rodean: adquirirlos es como comulgar con el espíritu de la época, sacar un boleto de pertenencia grupal en determinados círculos o no perder el vagón de la modernidad.
Dime cómo lo usas y te diré cómo eres....
Tanto a cambiado nuestros patrones de conducta la telefonía móvil en el inicio del tercer milenio que ha sido objeto incluso de investigaciones científicas que vinculan sus formas de uso y la personalidad del usuario.
Parece ser que la personalidad determina nuestra forma de usar los celulares y las personas con baja autoestima o que se sienten infelices los utilizan para entrar en contacto con otras personas.
Un estudio realizado en la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia), ha puesto de manifiesto que los malos hábitos respecto al celular pueden estar acentuados por una baja autoestima o por el exceso de extroversión.
El estudio reveló que las personas más dependientes de los celulares -aquellos que mandan mensajes de texto todo el tiempo y pagan facturas astronómicas por su uso- tienden a crearse cierta adicción con estos aparatos e incluso pueden desarrollar actitudes destructivas y peligrosas.
Cada personalidad produce una forma diferente de usar el móvil, según estos resultados: las personas con baja autoestima tienden a buscar cierta reafirmación en el uso de los teléfonos o se sienten infelices y utilizan los móviles para entrar en contacto con otras personas. Por el contrario, las personas extrovertidas tienden a usar el móvil para quedar o ponerse de acuerdo con gente del trabajo o con múltiples amigos.
Sin embargo, no todas las personas que usan teléfonos celulares se vuelven adictos, sino solo aquellos que posiblemente ya tienen elementos de su personalidad que los conducen a un uso inadecuado de estas tecnologías.
La finalidad del estudio fue ayudar a las autoridades australianas a desarrollar campañas publicitarias enfocadas a señalar a los usuarios los riesgos que entraña el uso del teléfono móvil cuando se conduce, en hospitales o en otros sitios públicos.


EL TELEFONO COMO BILLETERA VIRTUAL
Alrededor de 650.000 de las 3.200.000 personas que viven en el Uruguay poseen celular, un ratio (índice comparativo entre telefonía fija y móvil) algo inferior al de la región, ya que la penetración de los móviles en el país ronda el 20% contra el 30% promedial en América Latina.
La tecnología móvil cambia constante y dinámicamente, permitiendo cada vez más prestaciones (cámara digital, correo electrónico, entre otras) e incluso empieza a convertirse en un artefacto de deslocalización del trabajo.
Ahora, Pranasys, una pujante empresa uruguaya orientada al diseño de soluciones tecnológicas de sistemas estratégicos de comunicaciones, apoyada por el Programa de Desarrollo Tecnológico de la Dirección Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, DINACYT, ofrece un servicio pionero que está logrando un éxito acelerado.
Según la información proporcionada por esta dependencia del Ministerio de Educación y Cultura, se trata de recargas electrónicas de los prepagos, que permiten utilizar el celular como billetera virtual.
Actualmente, Pranasys cuenta con dos servicios innovadores. "Atiendo!" vende la recarga del prepago en forma automática, todo el año, vía celular, mediante débito automático a la tarjeta del cliente, interactuando con el usuario, la compañía telefónica y las empresas financieras.
El servicio "AtiendoRetail!", permite soluciones de recargas electrónicas que se abonan en los cajeros automáticos o en locales de cobranza en efectivo.
Pero las innovaciones de Pranasys no se agotan aquí, ya que se encuentra en las etapas finales de su nuevo desarrollo, "PhoneCash!" que promete abrir al infinito las posibilidades del comercio móvil y está diseñado para articular la interacción entre operadores celulares, financieros, comercio y usuarios finales en forma rápida y segura.