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domingo, mayo 07, 2006

El hospital de las tortugas marinas


CRETA, especial para Ciencia&tec

Amalia, una tortuga caguama de 3,9 kilogramos de peso y 33,7 centímetros de largo llegó al Centro de Rescate de Tortugas Marinas, ubicado en Glyfadas, cerca de Atenas (Grecia), con neumonía, la aleta izquierda cortada y la derecha con heridas e hinchazón.
Era el 4 de diciembre del 2005 y esta tortuga perteneciente a la especie (Caretta caretta) o conocida también como ‘cabezona’, en Peligro de extinción (EN), se había enredado en una línea de pesca o ‘pelambre’, utilizada por pescadores en el sector de Amaliada, en el mar Mediterráneo.

La pelangra es uno de los muchos mecanismos de captura que utilizan los pescadores y consiste en una larga extensión de nailon de la que cuelgan muchos anzuelos de gran tamaño con carnadas para capturar peces.
El diagnóstico de Amalia era complejo y el animal estaba sufriendo mucho. Pese a que recibió atención inmediata, su recuperación no fue tan fácil porque la herida le había causado la perdida de una de sus aletas. Así, Amalia debería pasar el resto de sus días en una piscina del ‘hospital’ porque retornar a casa, sin una aleta y sin atención médica permanente, era imposible.

Cuatro meses después de haber sido atendida Amalia consiguió estabilizarse. Ahora es pasiva, débil y flaca, y aunque bucea, no puede nadar en aguas muy profundas. Le fue adaptada una especie de tornillo en su caparazón, que hace peso para que no se desequilibre al nadar.

El coordinador del centro, Jasson Margaritulis, hijo del fundador de la Sociedad Protectora de Tortugas de Grecia (Archelon), Dimitris Margaritoulis, dijo a un grupo de visitantes de Conservación Internacional (CI) provenientes de Washington D.C. y asistentes al XXVII Simposio Anual sobre Tortugas Marinas que se realizó en la isla de Creta entre el 3 y el 8 de abril; que al no poder retornar al mar, Amalia deberá quedarse para ser parte del programa de educación.

Pero Amalia no es la única tortuga que ha pasado por el hospital, son decenas las que han llegado de las diferentes playas de anidación o de zonas de pesca. Cuando un ciudadano griego encuentra una tortuga herida la reporta a Archelon y una patrulla acude a recogerla. Las que presentan afecciones menores son devueltas al mar, algunas con graves cortaduras se han quedado, al tiempo que otras son tratadas por haber consumido plástico, latas y otra clase de desechos que encuentran en el mar. Ente 1994 y 2000 fueron reportadas 226 tortugas de las cuales el 80 por ciento presentaba heridas debido a la interacción con pescadores.

La Sociedad, en sus 22 años, ha desarrollado programas de preservación de las cuatro especies de tortuga existentes en Grecia. Para esto trabajan mediante 500 voluntarios en todo el país quienes aportan al programa de diferentes formas. Una buena parte de sus miembros son griegos pero también hay profesionales de otros países que realizan prácticas biológicas en las ocho playas de anidación, de las cuales tres están en Creta.

Aliki Panagopoulou, quien labora con Archelón, dice que precisamente en Creta, en los últimos 10 años, se ha desarrollado la construcción de hoteles a pocos metros de las playas de anidación, es por esta razón que el trabajo para los conservacionistas se ha triplicado. Las playas se llenan de sombrillas y deben realizar acuerdos con los hoteleros para controlar el acceso a la arena, la luz en la noche y el ruido que afecta a las tortugas. En las noches, los voluntarios hacen turnos para marcar y poner cercas de metal en los nidos y evitar que los turistas les causen algún daño.

El Centro de Rescate, visitado cada año por unas 15 mil personas entre estudiantes, pescadores, ciudadanos, investigadores y ecologistas del mundo, funciona en cuatro vagones de ferrocarril readecuados. Allí está el hospital, el área de residencia de voluntarios, las oficinas y el salón de multimedia y exposiciones.
En un área abierta, rodeada por los vagones, están ubicados los estanques para las principales huéspedes de este lugar: las tortugas, que como Amalia hacen reflexionar sobre la importancia de programas similares para salvar a este especie del declive.