Blog de noticias, análisis y comentarios sobre temas de ciencia, tecnología e innovación.

jueves, marzo 02, 2006

Ciencia ¿para qué?


URUGUAY, por Carol Guilleminot

La instalación en Montevideo de la Fundación Amsud-Pasteur, primera del prestigioso instituto francés en América Latina y que busca conjugar esfuerzos para intensificar la cooperación científica y de investigación en la región, representa un paso importante para el Uruguay y no sólo para su ámbito científico. ¿Por qué afirmamos esto? Empecemos por el principio.
Nuestro país tiene, académicamente, una larga tradición humanista y de aquí han surgido muchos artistas, literatos, juristas, arquitectos y otros que se han destacado internacionalmente. Muchos son también los científicos que trabajan o trabajaron en el Uruguay y en el exterior también se han destacado dentro de su área por el trabajo que hacen o hicieron aunque, en general, no son conocidos ni su trabajo divulgado creando una imagen falsa sobre la realidad uruguaya y dificultando la investigación científica por falta de apoyo social. También hemos padecido la denominada "fuga de cerebros", es decir, la migración de científicos a lugares donde puedan tener mejores condiciones y oportunidades para dedicarse a la ciencia.
Precisamente, es necesario cambiar el paradigma de la ciencia como un tema lejano y poco comprensible ampliando la base de comprensión social y su deseable y posible apoyo a los aportes que la investigación científico-tecnológica y la aplicación innovadora pueden aportar al desarrollo del país.
¿Qué utilidad tiene entonces la ciencia? ¿Cómo afecta a nuestras vidas? La relación ciencia y empresa representa una combinación potente capaz de precipitar revoluciones tecnológicas en economías de todo el planeta. En este sentido, en países como el nuestro es necesario aprovechar las capacidades científicas tecnológicas de las universidades e instituciones de investigación para aumentar la competitividad de la economía nacional. La asociación colaborativa entre universidades e industrias, que facilite la transmisión de tecnología al sector industrial es prioritaria, así como inversiones de capital con capacidad de arriesgarlo en ideas y productos experimentales.
Cabe señalar también que estas iniciativas deberían estar apoyadas con sistemas de patentes de propiedad intelectual que no impidan la innovación, puesto que el problema actual es que las patentes de los países del Sur pertenecen a los del Norte.
Sin embargo, "en América Latina hay muchos temas de políticas publicas que conciernen a la ciencia, tecnología e innovación, que en muchos países no reciben el trato serio que necesitan, razón por la cual el público deberá impulsar a sus líderes a tomar las decisones correctas", afirmó recientemente el argentino Eduardo Macagno, decano de la Universidad de Ciencias Biológicas de la Universidad de California en San Diego. Esta reflexión nos toca de cerca a los periodistas, puesto que es a través de una mayor presencia en los medio de comunicación que la gente comenzará a percibir a la ciencia, la tecnología y la innovación como temas cotidianos y contará con mayores herramientas para tomar decisiones responsables e informadas en sus vidas diarias y en lo que concierne las políticas públicas que sus gobiernos están llevando adelante.